Norma Aída Cedrés Vergara
Datos personales:
Documento de Identidad: 1.236.730 o 646.402
Credencial Cívica: BDA 29254
Edad: 47 años.
Fecha de nacimiento: 09.09.1931.
Lugar: Departamento de Lavalleja.
Nacionalidad: Uruguaya.
Estado civil: Viuda.
Hijos: 1.
Domicilio: Calle Medio Día 1876, Barrio Colón, Montevideo. Lezica 6529.
Ocupación: Dibujante. Empleada Ing. Daniel Badano.
Militancia: Partido Comunista (PCU), Frente Amplio (FA).
Detención:
Fecha: 09.10.1975 / 22.10.75.
Reclusión: Centro Clandestino de Reclusión 300 Carlos SMA. Establecimiento Militar de Reclusión N° 2 (E.M.R. Nº 2) a partir del 26.07.1976.
Atribuido a: Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (O.C.O.A.). Batallón de Infantería N° 3.
Casos conexos: El régimen militar desplegó a partir de octubre de 1975 una profunda persecución y represión contra toda la estructura orgánica del PCU. Todo indica que se trató de una decisión política adoptada en las más altas esferas de la cúpula militar. Esta operación a gran escala fue denominada en la jerga represiva como
“Operación Morgan” y su epicentro fue la estructura del partido (Comité Central, finanzas y propaganda y demás). Para llevar adelante dicha operación, se recurrió a la detención de sus dirigentes y militantes. Es importante aclarar que la misma combinó, en forma paralela, sobre todo a partir de enero-febrero y hasta junio de 1976, la represión a la Unión de Juventudes Comunistas (UJC). Las acciones represivas fueron implementadas por el Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA). Este organismo operaba bajo la órbita de la División de Ejército I cuyo comandante era por entonces el Gral. Esteban Cristi, siendo el segundo jefe al mando el Cnel. Julio César González Arrondo. Fue por entonces que el OCOA comenzó a utilizar centros clandestinos de detención (CCD). Los detenidos eran allí interrogados mediante brutales torturas, permaneciendo en ellos varios meses en calidad de “desaparecidos”, luego de lo cual la mayor parte eran conducidos ante el Juez Militar. Los CCD utilizados durante la Operación “Morgan” fueron conocidos con el nombre de “Infiernos”, los que también fueron utilizados en la represión contra militantes de otras organizaciones izquierdistas. En un comienzo se usó la casa ubicada en Punta Gorda, en Rambla República de México N° 5515, también conocida como “300 Carlos R” o “Infierno Chico” y la casa conocida como “Cárcel del pueblo”, utilizada hasta 1972 por el MLN- T para retener secuestrados, situada en la calle Juan Paullier. Pero el día 2 de noviembre por la madrugada, las decenas de militantes que se encontraban detenidos en esos CCD fueron trasladados en camiones militares a inaugurar un tercer CCD, que sería conocido como “300 Carlos”, “El Infierno Grande” o “La Fábrica”2, emplazado en los galpones del Servicio de Material y Armamento (SMA), en los fondos del Batallón de Infantería Blindada Nº 13, sito en Avenida de las Instrucciones 1325, muy próximo a la vía férrea que une Peñarol con Manga. Tanto el Batallón como el SMA dependían directamente del Comando General del Ejército. Allí los detenidos tenían adjudicado un número por el cual eran llamados y que les era colgado del cuello, para convocarlos a las sesiones de tortura. En coherencia con el carácter “clandestino” de las operaciones, en estos CCD los represores actuaban de manera compartimentada, utilizando el alias de “Óscar” acompañado por un número. Entre las decenas de detenidos y torturados en estos CCD, doce fueron asesinados bajo torturas o murieron como secuela de las mismas en prisión en los años siguientes: Óscar Bonifacio Olveira Rossano, Nuble Donato Yic, Norma Aída Cedrés de Ibarburu, Carlos María Argenta Estable, Luis Alberto Pitterle Lambach, Emilio Fernández Doldán, Hugo Pereyra Cunha, Julián Basilicio López, Miguel Almeida Molina, Hilda Sara Delacroix Scaltriti de Ormaechea, Gerardo Cuesta, Silvina del Carmen Saldaña Lapeira y Carlos Etchebarne.
Nueve militantes fueron desaparecidos: Eduardo Bleier, Juan Manuel Brieba,mFernando Miranda Pérez (restos recuperados de su tumba clandestina el 2 de diciembre de 2005), Carlos Pablo Arévalo Arispe, Julio Gerardo Correa Rodríguez, Otermín Laureano Montes de Oca Doménech, Horacio Gelós Bonilla, Lorenzo Julio Escudero Mattos y Ubagesner Chaves Sosa. Este último caso correspondió a una operación conducida por oficiales de la Fuerza Aérea, presumiblemente en el contexto de la coordinación represiva (sus restos fueron recuperados de su tumba clandestina el 29 de noviembre de 2006). No resulta evidente el momento de clausura de la Operación “Morgan”. Si nos atenemos al funcionamiento del principal CCD utilizado, las fuentes disponibles permiten considerar que hacia fines de 1976 o principios de 1977, el “300 Carlos” habría sido clausurado y los últimos detenidos en el lugar trasladados el CCD de “La Tablada
Proceso Judicial
05.02.1976. Procesada por Art. 60 (VI) del C.P.M. Asistencia a los asociados.
19.12.1977. Le conceden la libertad provisional estando internada en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas.
22.12.1977. Se le niega la Gracia solicitada.
Fallecimiento
Fecha de muerte: 16.01.1978.
Lugar: Hospital Militar Central de las Fuerzas Armadas.
Circunstancia: Según testimonios de sus compañeras, Norma Cedrés era mantenida en un calabozo de castigo, siendo interrogada por las noches por los miltares y ya había tenido intentos de autoeliminación. Entre el 30 de noviembre y el 1º de diciembre de 1977 tiene su último intento, colgándose de la cadena de la ventanilla del
baño. Es rescatada con vida, pero en grave estado debido a las lesiones en las vértebras cervicales y trasladada al Hospital Militar en estado de coma. En ese marco le firman la libertad condicional.
Certificado de defunción: Firmado por el Dr. José Mautone. Señala como causal de fallecimiento: “insuficiencia cardiopulmonar”.
16.01.1978. Inscripción en el libro de Anatomía Patológica (1975-1978).Número de registro: 39193, “Norma Cedrés Vergara”, NECROPSIA”.
Testimonios: Testimonio de Gloria Lablanca de Pirri: “(…). Le daban medicamentos antialucinógenos, es cierto, pero se le mantenía en un calabozo de castigo siendo tratada en forma muy hostil; los oficiales entraban por la noche a interrogarla. (…). Norma había intentado suicidarse anteriormente colgándose de los cables de la luz del baño. Yo logré que soltaran los cables y fue ahí que decidieron darle “asistencia médica”, pero por la noche era trasladada a un calabozo (…). No sólo hubo omisión de asistencia, sino premeditación, y que se utilizó el conocimiento científico para destruir a la compañera (…).”
“El 1° de diciembre de 1977 de mañana, estaba muy mal, hablamos y le dije que la iba a ayudar otra vez a salir del paso. Quedamos en que cuando volviera de odontología íbamos a caminar y conversar. Esa mañana se colgó de la cadena de la ventanita del baño. Las compañeras la sacaron con vida y fue internada en el Hospital
Militar. No supimos más de Norma. El 21 de diciembre me internaron en el Hospital Militar y pensamos que tal vez la encontraría allí, que no hubiera muerto. Si, estaba allí, en estado de vida vegetativa y se hallaba cubierta de tubos. Entonces ocurrió lo más brutal, creo, que viví estando presa: se instaló en la sala de detenidos el Juzgado Militar y, estando como testigos los enfermeros, le dieron la libertad, fijándose como residencia el Hospital Saint Bois. Yo no podía parar de llorar, era demasiado. El 16 de enero de 1978 el corazón de Norma dejó de latir (…)”.
Testimonio de Mercedes Espínola: “Un día gritaron que no se podía entrar al baño. Aglomeración en la puerta. Baño prohibido: ¿Norma? No se puede entrar. Entré. Entramos: una, dos, luego una tercera (…). Unas horas después el oficial del caballo (Cnel. Barrabino) llamó a formar y nos dijo que la muerte de Norma era nuestra culpa,no recuerdo por qué, y que su muerte nos sirviera de ejemplo no sé para qué?”
Testimonio anónimo: “(…).Un día la sacaron y la llevaron al Juzgado. Qué pasó? No lo sabemos, pero fue el principio del fin para Norma. A partir de allí entró en un franco deterioro acentuado por el especial tratamiento que le daban. Había un caso, Vicenta Fernández, a quien le decíamos “la ceru”, cuya tarea más importante era
empujar a Norma al suicidio. La persiguió de todas las formas posibles. Era, sin duda, la mano ejecutora del comando y cargará siempre con su muerte. Estando en el sector C, Norma intentó suicidarse varias veces. Recuerdo que recorría el sector llamando a Pepe (su hijo) y mirando hacia las ventanas (…) estaba muy mal. (…).”
Testimonio de Alicia Rezzano, sobre el centro clandestino de detención “300 Carlos” SMA (ubicado en el Servicio de Material y Armamento del Ejército, predio del Batallón de Infantería Mecanizada Nº 13) (21.07.2005): “(…). En un sector estábamos mirando contra la pared, con una venda, y ya te habrán contado que cuando nos traían la comida nos hacían el honor de ponernos de rodillas en el piso y el plato sobre la silla (…). Después estaban los que estaban haciendo plantón. Y el de turno que subía (…). Y había personas que estaban en colchones porque estaban muy mal (…). Siempre con la música a todo trapo. Todo es muy difícil de recordar porque con el plantón, yo creo que con la falta de sueño seguramente uno alucina. Yo por lo menos aluciné. Y una compañera que terminó suicidándose en el Penal, Norma Cedrés, estaba convencida de que su hijo de ocho años estaba ahí, un día me dijo: “me trajeron al Pepito”. También ponían grabaciones. A mí me hablaban de mis hijos que eran chiquitos (…). Dormíamos en el piso, cabeza de uno con los pies del otro lado y así sucesivamente. A veces te daban algún poncho. Estábamos hombres y mujeres juntos…La escalera iba al lugar donde nos torturaban (…).”