Carlos Etchebarne era jornalero y militante del P.C.U. Fue detenido el 16/12/1975 en su domicilio. Estando detenido y torturado en el Cuartel de Artillería Nº 1, La Paloma, recibe un balazo de pistola de un cabo de guardia. La bala previamente había atravesado el pecho de Bonifacio Olveira, quien muere posteriormente a consecuencia del disparo, quedando incrustada en la columna vertebral de Carlos Etchebarne. Nunca fue extraída.

Carlos Alberto Etchebarne La Cruz

Datos personales:

Documento de Identidad: 539.613. 

Credencial Cívica: BNB 1154. BKB 11.342.
Edad: 49 años.
Fecha de nacimiento: 11.02.1929.
Lugar: Montevideo. 
Nacionalidad: Uruguaya.
Estado civil: Casado.
Hijos: 3.
Domicilio: Molke N° 1170, Barrio Lavalleja.
Ocupación: Jornalero (Bolsa de Trabajo). Barracas de Lana.
Militancia: Partido Comunista (PCU), Frente Amplio (FA).

Detención:

Fecha: 16.12.1975.
Lugar: En su domicilio.
Reclusión: Grupo de Artillería Nº 1 “La Paloma”, en el Cerro.
Atribuido a: Grupo de Artillería Nº 1.

Casos conexos: El régimen militar desplegó a partir de octubre de 1975 una profunda persecución y represión contra toda la estructura orgánica del PCU. Todo indica que se trató de una decisión política adoptada en las más altas esferas de la cúpula militar. Esta operación a gran escala fue denominada en la jerga represiva como “Operación Morgan” y su epicentro fue la estructura del partido (Comité Central, finanzas y propaganda y demás). Para llevar adelante dicha operación, se recurrió a la detención de sus dirigentes y militantes. Es importante aclarar que la misma combinó, en forma paralela, sobre todo a partir de enero-febrero y hasta junio de 1976, la represión a la Unión de Juventudes Comunistas (UJC). Las acciones represivas fueron implementadas por el Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA). Este Órgano operaba bajo la órbita de la División de Ejército I cuyo comandante era por entonces el Gral. Esteban Cristi, siendo el segundo jefe al mando el Cnel. Julio César González Arrondo. Fue por entonces que el OCOA comenzó a utilizar centros clandestinos de detención (CCD). Los detenidos eran allí interrogados mediante brutales torturas, permaneciendo en ellos varios meses en calidad de “desaparecidos”, luego de lo cual la mayor parte eran conducidos ante el Juez Militar. Los CCD utilizados durante la Operación “Morgan” fueron conocidos con el nombre de “Infiernos”, los que también fueron utilizados en la represión contra militantes de otras organizaciones izquierdistas. En un comienzo se usó la casa ubicada en Punta Gorda, en Rambla República de México N° 5515, también conocida como “300 Carlos R” o “Infierno Chico” y la casa conocida como “Cárcel del pueblo”, utilizada hasta 1972 por el MLN- T para retener secuestrados, situada en la calle Juan Paullier. Pero el día 2 de noviembre por la madrugada, las decenas de militantes que se encontraban detenidos en esos CCD fueron trasladados en camiones militares a inaugurar un tercer CCD, que sería conocido como “300 Carlos”, “El Infierno Grande” o “La Fábrica”2, emplazado en los galpones del Servicio de Material y Armamento (SMA), en los fondos del Batallón de Infantería Blindada Nº 13, sito en Avenida de las Instrucciones 1325, muy próximo a la vía férrea que une Peñarol con Manga. Tanto el Batallón como el SMA dependían directamente del Comando General del Ejército. Allí los detenidos tenían adjudicado un número por el cual eran llamados y que les era colgado del cuello, para convocarlos a las sesiones de tortura. En coherencia con el carácter “clandestino” de las operaciones, en estos CCD los represores actuaban de manera compartimentada, utilizando el alias de “Óscar” acompañado por un número. Entre las decenas de detenidos y torturados en estos CCD, doce fueron asesinados bajo torturas o murieron como secuela de las mismas en prisión en los años siguientes: Óscar Bonifacio Olveira Rossano, Nuble Donato Yic, Norma Aída Cedrés de Ibarburu, Carlos María Argenta Estable, Luis Alberto Pitterle Lambach, Emilio Fernández Doldán, Hugo Pereyra Cunha, Julián Basilicio López, Miguel Almeida Molina, Hilda Sara Delacroix Scaltriti de Ormaechea, Gerardo Cuesta, Silvina del Carmen Saldaña Lapeira y Carlos Etchebarne.
Nueve militantes fueron desaparecidos: Eduardo Bleier, Juan Manuel Brieba, Fernando Miranda Pérez (restos recuperados de su tumba clandestina el 2 de diciembre de 2005), Carlos Pablo Arévalo Arispe, Julio Gerardo Correa Rodríguez, Otermín Laureano Montes de Oca Doménech, Horacio Gelós Bonilla, Lorenzo Julio Escudero Mattos y Ubagesner Chaves Sosa. Este último caso correspondió a una operación conducida por oficiales de la Fuerza Aérea, presumiblemente en el contexto de la coordinación represiva (sus restos fueron recuperados de su tumba clandestina el 29 de noviembre de 2006).
No resulta evidente el momento de clausura de la Operación “Morgan”. Si nos atenemos al funcionamiento del principal CCD utilizado, las fuentes disponibles permiten considerar que hacia fines de 1976 o principios de 1977, el “300 Carlos” habría sido clausurado y los últimos detenidos en el lugar trasladados el CCD de “La Tablada”.
 
Fallecimiento
Fecha de muerte: 03.09.1978.
Lugar: Traslado del Hospital Central de las Fuerzas Armadas a su domicilio, Molke N° 1170, para continuar con su tratamiento y sus últimos días de vida allí.

Circunstancia: En setiembre de 1977 una Comisión Médica integrada por los doctores Dr. Jaime Grunberg, Dr. José I. Difilippe, Dr. Ariel Conde, diagnostican que Carlos Etchebarne es “portador de un carcinoma epidermoide de hipofaringe, y por lo tanto de que es portador de una grave enfermedad”.3 De esta manera y luego de permanecer casi un año internado en el Hospital Central de las Fuerzas Armadas por padecer esta grave enfermedad, su abogado a instancias de la familia solicita sea trasladado a su domicilio para culminar allí sus días (hacia más de un mes que no se alimentaba normalmente ni respiraba con fluidez). En función de ello, el Supremo Tribunal Militar autoriza su traslado a fines de julio de 1978. Con respecto a ello se desconoce la fecha en la que fue trasladado efectivamente ya que la documentación referida a su caso no informa sobre el momento en el que ello fue realizado. La ficha patronímica del SID, informa que “figura en relación de liberado desde el 2 al 8/9/76. SITUACION Baja por Fallecimiento”.
Asimismo, y complementando este cuadro tenía incrustada en la columna vertebral una bala que nunca fue extraída (esa misma bala es la que hiere a Bonifacio Olveira).
Certificado de defunción: Certificado de Defunción N° 684441. Firmado por la Dra. Nilda Crovetto.

 

Testimonios: Testimonio de Aurelio Pérez González (detenido) sobre Bonifacio Olveira Rosano, en el que hace referencia a Carlos Etchebarne: “Torturado en el Batallón Nº 13 [haciendo alusión a Bonifacio Olveira]. Llega con la mayoría de los compañeros objeto de la denuncia al Cuartel de Artillería Nº 1, La Paloma. Luego de pasar por las torturas, el día 17 de febrero recibe un balazo de pistola de un cabo de guardia. Como luego del balazo llega a gritar “sáquenme esta venda de mierda” (estaba encapuchado y se arranca la capucha con lo que todos lo vieron). La bala del mismo tiro queda incrustada en la espalda, cerca de la columna de Ruben [sic] Etchebarne, (…)”

 
Testimonio de Guillermo Stoll en “Cuestionario Entrevista a Liberados” sobre Bonifacio Olveira Rosano, en el que hace referencia a Ruben Etchebarne: “Estaba frente a mí [haciendo alusión a Bonifacio Olveira] en la fila de incomunicados. Un atardecer, estábamos esperando la comida se escuchó un estampido de un arma de calibre y el grito del compañero Oliveira [sic] y de otro compañero que también recibió la bala en segundo lugar. Al cro. Oliveira le entró la bala por el pecho y le salió por la espalda por lo visto y la bala siguió la trayectoria y le quedó en la espalda del compañero Etchebarne. Los dos fueron internados esa misma noche. Oliveira salió hablando porque lo oí, lo pasaron frente a mí y les dijo que le sacaron la venda que tenía en los ojos. Se lo llevaron. A los 4 o 5 días volvió Etchebarne del Hospital. No le habían sacado la bala, no lo operaron, le dejaron la bala próxima a la columna. Posteriormente, es decir, por la incomunicación en que estábamos no supe que había pasado con Oliveira. Cuando me levantaron la incomunicación y pude hablar con Etchebarne fue que me dijo que Oliveira había muerto la misma noche en el Hospital. A pesar de que un médico, se dijo tal, nos dijo que había estado en el quirófano, y que Oliveira estaba bien. Cosa que no era cierto, pues según Etchebarne, esa misma noche falleció. Etchebarne muere un año después [que Bonifacio Olveira], de un cáncer a la garganta pero los tratos recibidos evidentemente precipitaron su muerte”.