Hilda Sara Delacroix Scaltrini de Ormaechea nació en Montevideo, tenía 51 años de edad, era casada, ama de casa y militante del PCU – FA.

Hilda Sara Delacroix Scaltrini

Datos personales:
Documento de Identidad: 570.617.
Credencial Cívica: ASB 63328.
Edad: 51 años.
Fecha de nacimiento: 31.08.1925.
Lugar: Montevideo.
Nacionalidad: Uruguaya.
Estado civil: Casada.
Hijos: 2.
Domicilio: Calle “C” Nº 5669 esquina Cataño, Punta Gorda.
Militancia: Partido Comunista (PCU), Frente Amplio (FA).

Detención:

Fecha: 17.01.1976.
Lugar: En su domicilio de la calle C Nº 5669, esquina Cataño.
Hora: Aproximadamente a la 01.00 hs.
Reclusión: Grupo de Artillería Nº 5. Se presume que pudo haber estado detenida en el Centro Clandestino “300 Carlos”, ubicado a los fondos del Batallón de Infantería Nº 13, en el predio del Servicio de Materiales y Armamentos del Ejército (SMA).

Atribuido a: Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA). “300 Carlos” según ficha de la Oficina de la Policía Militar. Grupo de Artillería Nº 5. Juez Sumariante Capitán Yamandú Urruti.

Casos conexos: El régimen militar desplegó a partir de octubre de 1975 una profunda persecución y represión contra toda la estructura orgánica del PCU. Todo indica que se trató de una decisión política adoptada en las más altas esferas de la cúpula militar. Esta operación a gran escala fue denominada en la jerga represiva como “Operación Morgan” y su epicentro fue la estructura del partido (Comité Central,} finanzas y propaganda y demás). Para llevar adelante dicha operación, se recurrió a la detención de sus dirigentes y militantes. Es importante aclarar que la misma combinó, en forma paralela, sobre todo a partir de enero-febrero y hasta junio de 1976, la represión a la Unión de Juventudes Comunistas (UJC). Las acciones represivas fueron implementadas por el Órgano Coordinador de Operaciones Antisubversivas (OCOA).
Este órgano operaba bajo la órbita de la División de Ejército I cuyo comandante era por entonces el Gral. Esteban Cristi, siendo el segundo jefe al mando el Cnel. Julio César González Arrondo. Fue por entonces que el OCOA comenzó a utilizar centros clandestinos de detención (CCD). Los detenidos eran allí interrogados mediante brutales torturas, permaneciendo en ellos varios meses en calidad de “desaparecidos”, luego de lo cual la mayor parte eran conducidos ante el Juez Militar. Los CCD utilizados durante la Operación “Morgan” fueron conocidos con el nombre de “Infiernos”, los que también fueron utilizados en la represión contra militantes de otras organizaciones izquierdistas.
En un comienzo se usó la casa ubicada en Punta Gorda, en Rambla República de México N° 5515, también conocida como “300 Carlos R” o “Infierno Chico” y la casa conocida como “Cárcel del pueblo”, utilizada hasta 1972 por el MLN- T para retener secuestrados, situada en la calle Juan Paullier. Pero el día 2 de noviembre por la madrugada, las decenas de militantes que se encontraban detenidos en esos CCD fueron trasladados en camiones militares a inaugurar un tercer CCD, que sería conocido como “300 Carlos”, “El Infierno Grande” o “La Fábrica”2, emplazado en los galpones del Servicio de Material y Armamento (SMA), en los fondos del Batallón de Infantería Blindada Nº 13, sito en Avenida de las Instrucciones 1325, muy próximo a la vía férrea que une Peñarol con Manga. Tanto el Batallón como el SMA dependían directamente del Comando General del Ejército. Allí los detenidos tenían adjudicado un número por el cual eran llamados y que les era colgado del cuello, para convocarlos a las sesiones de tortura. En coherencia con el carácter “clandestino” de las operaciones, en estos CCD los represores actuaban de manera compartimentada, utilizando el alias de “Óscar” acompañado por un número. Entre las decenas de detenidos y torturados en estos CCD, doce fueron asesinados bajo torturas o murieron como secuela de las mismas en prisión en los años siguientes: Óscar Bonifacio Olveira Rossano, Nuble Donato Yic, Norma Aída Cedrés de Ibarburu, Carlos María Argenta Estable, Luis Alberto Pitterle Lambach, Emilio Fernández Doldán, Hugo Pereyra Cunha, Julián Basilicio López, Miguel
Almeida Molina, Hilda Sara Delacroix Scaltriti de Ormaechea, Gerardo Cuesta, Silvina del Carmen Saldaña Lapeira y Carlos Etchebarne.
Nueve militantes fueron desaparecidos: Eduardo Bleier, Juan Manuel Brieba, Fernando Miranda Pérez (restos recuperados de su tumba clandestina el 2 de diciembre de 2005), Carlos Pablo Arévalo Arispe, Julio Gerardo Correa Rodríguez, Otermín Laureano Montes de Oca Doménech, Horacio Gelós Bonilla, Lorenzo Julio Escudero Mattos y Ubagesner Chaves Sosa. Este último caso correspondió a una operación conducida por oficiales de la Fuerza Aérea, presumiblemente en el contexto de la coordinación represiva (sus restos fueron recuperados de su tumba clandestina el 29 de noviembre de 2006).
No resulta evidente el momento de clausura de la Operación “Morgan”. Si nos atenemos al funcionamiento del principal CCD utilizado, las fuentes disponibles permiten considerar que hacia fines de 1976 o principios de 1977, el “300 Carlos” habría sido clausurado y los últimos detenidos en el lugar trasladados el CCD de “La Tablada”.
 
Proceso Judicial
18.06.1976. Juzgado Militar de Instrucción de 1º Turno. Se decreta su procesamiento y prisión preventiva sin incomunicación por el delito previsto en el Art. 60 (V) del C.P.M. Causa Nº 33/76. Auto Nº 344/76.

24.06.1976. Su abogada, la Dra. Susana Andreasen, presenta recurso de reposición del procesamiento, solicitando se les compute una complicidad de asistencia excarcelable.

13.08.1976. Juzgado Militar de Instrucción de 1º Turno. Resuelve mantener el auto de procesamiento y no dar lugar a la solicitud de la defensa.

17.08.1976. La abogada defensora solicita al Juez que se libre oficio al Hospital Militar para que informe sobre el estado de salud de Hilda Delacroix.

02.09.1976. El Juez Militar de Instrucción de 1º Turno es informado de que el 1º llamada telefónica del Mayor Ramponi, Jefe del Estado Mayor de la Brigada de
 
Fallecimiento

Fecha de muerte: 01.09.1976, a las 09.00 hs.
Lugar: Hospital Central de las Fuerzas Armadas.
Circunstancia: Fallece por un cáncer pelviano generalizado que fue desarrollado, la mayor parte, durante su reclusión en el Grupo de Artillería Nº 5. La evolución de la enfermedad, sin tratamiento especializado, le produjo una caquexia generalizada.
Durante su reclusión adelgaza más de 20 kilos. En junio del 76 comienza con diarreas y es ingresada al Hospital Central de las Fuerzas Armadas. Según diversos testimonios llega al Hospital totalmente debilitada y con fuertes dolores. La hidratan y le vuelven a dar el alta. Es nuevamente internada al mes siguiente, con evidente hinchazón en el vientre y sin que se le realicen exámenes médicos. En esas circunstancias desmejora rápidamente, sufría de fuertes dolores y no se le administraban calmantes.
Certificado de defunción: Es ilegible la firma de quien realiza el certificado de defunción así como también la causa de muerte. El certificado indica que la misma se produjo el 1º de setiembre a las 9.00 hs.

 

Testimonios: Testimonio de M.F: “En junio del 76, ella ingresa al Hospital compañera había sido operada hacía 3 o 4 años de un cáncer (…), llegó al Hospital ella ya tiene el vientre hinchado, no es que haya ganado peso, sigue tomando especialista, gastroenterólogo, nada, el médico de sala es quién manda hacer un copro.

 

Testimonio de una de sus compañeras de prisión en “Memorias para Armar”: “(…) Cuando llegué a la sala de detenidos (en el Hospital Militar) la encontré en un estado deplorable, irreconocible, pero con la misma dulzura de siempre (…). Empezó a tener brutales diarreas, le suministraban medicamentos específicos. Su estado de salud empeoró rápidamente, pero sin embargo no se le hizo ningún estudio, las compañeras presionaron para que se la internara. Sólo le quedaban algunos días de vida.
Un día se abrió la reja y entró rodeado de militares su compañero (también detenido se refiere a Juan José Ormaechea); al poco rato de salir él, trajeron a sus hijos. Fue una tarde muy llena de emociones. Nadie dudaba que aquella sería la última vez que la verían. Las compañeras que estábamos internadas la ayudamos de todas las formas posibles, con mucho cariño y todo el respeto que ella se había ganado (…).
El 1° de setiembre nos despertó el ruido de la reja. La compañera que estaba de guardia se había dormido, en realidad, nos habíamos dormido todas. Agotadas por tantas noches de vigila. Yo estaba al lado de Hilda y extendí mi mano para tomarle el pulso, le controlé la respiración y llena de dolor le dije a la médica que entró: está muerta. Ella me contestó: “si está muerta se entierra”. Así conocimos a la Dra.
Iribarne (…). Desde su detención, pasando por su tortura, su vuelta al infierno, y su
traslado al 5° de Artillería, habían pasado sólo 7 delirantes meses”.

 

Testimonio de María Elena Curbelo: Testimonia que el Dr. Nelson Marabotto no e practicó el tratamiento adecuado y fue negligente en su asistencia: “estando agonizante no le deja indicados los calmantes”. El informe de la Comisión Nacional de Ética Médica, señala que Hilda Delacroix falleció a causa de un cáncer pelviano generalizado. Y agrega: la neoplasia evolucionó, en su mayor parte, durante su detención en el 5° de Artillería, y sus síntomas no fueron valorizados por el médico actuante.

 

Atribuido a: Grupo de Artillería 5. Médicos intervinientes.